Cuando pensamos en qué podemos hacer para tener una crianza sostenible (o estilo de vida, o consumo), normalmente la sensación es de que hay demasiadas cosas que cambiar y la frustración aparece de golpe dejándonos paralizados. «Buf, demasiados cambios, demasiadas cosas a las que renunciar, hay que informarse mucho… requiere tiempo…».
Pero en realidad cada pequeño cambio suma y, sobre todo, es mejor empezar poco a poco y sin forzarnos para que los cambios en algunos hábitos que hemos aprendido vayan diluyéndose poco a poco en nuestro imaginario interior.
- 1. No comprar cosas innecesarias: informarse y preguntar antes de comprar. Seguramente hablando con algunos amigos que ya han sido padres o buscando en blogs y cuentas de Instagram vas a encontrar experiencias útiles sobre qué es lo que realmente se usa y qué no en los primeros meses de vida de un bebé. Para esto también es buena opción ofrecer a los amigos y familiares que consulten con nosotras las necesidades que tenemos para que, si quieren hacernos un regalo o detalle, puedan ayudarnos con productos que necesitemos y no regalar por regalar algo que ya tenemos o no vamos a necesitar.
- 2. Usar jabón y champú sólido en el baño. El uso de la cosmética sólida, que está creciendo rápidamente y de la cual podrás encontrar cada vez más opciones en más lugares, reduce mucho la fabricación y desechos de envases de plástico de un solo uso y además los ingredientes que utilizan en estos formatos suele ser mucho más saludable para pieles sensibles y deja menos huella en el agua y en el mar cuando llega a él. Aunque a veces parecen más caros que el champú y jabón tradicionales, el formato sólido no tiene agua y dura más tiempo así que compensa. Además, para los bebés es mejor reducir al máximo los productos cosméticos, geles, cremas y lociones, no abusar de perfumes y buscar siempre marcas y productos con pocos ingredientes que sean naturales y a ser posible orgánicos. Cada vez tenemos más opciones de todo tipo y lo mejor para la piel y la salud del bebé son los aceites o mantecas de karité, almendra, oliva, etc. Algunas marcas que recomendamos pueden ser Weleda o Matarrania, esta última fabricada además en Teruel, así que de producción local.
- 3. Pañales desechables ecológicos o de tela. Aunque el uso de pañales de tela implica más trabajo en cierto modo, combinarlos con los pañales desechables y usar los de tela cuando estamos en casa, por ejemplo, es una buena opción. Otra opción buena es optar por pañales desechables ecológicos de marcas más sostenibles. Cada vez hay más opciones en el mercado de estas marcas que utilizan materiales más respetuosos con la piel y con el medio ambiente y hay un amplio rango de precios donde escoger: algunas de estas marcas, por ejemplo, no blanquean el pañal evitando sustancias químicas, lo cual también agradecerá tu bebé en su piel tan delicada. Algunas marcas son Pingo, Lillydoo o Swilet, marcas que utilizan materiales como la celulosa con certificado FSC y utilizan tipos de PLA bioplásticos provenientes de fibras vegetales biodegradables como el maíz o caña de azúcar en lugar de plásticos.
- 4. Pocos juguetes. Ofrecer pocos juguetes a los bebés y niños pequeños no es una decisión únicamente minimalista o sostenible, sino que a nivel pedagógico es muy beneficioso. Muchas pedagogías y escuelas optan cada vez más por promover los primeros años de juego de la infancia con pocos juguetes y juguetes sencillos para que los niños se desarrollen estimulando la imaginación y la creatividad a través del contacto con objetos sencillos y con la naturaleza. Tener un espacio de juego con unas telas, unos trozos de madera, un apilable, algún sonajero y unas pelotas y estar en contacto con la naturaleza en jardines, parques con tierra y árboles, la playa o el bosque es altamente beneficioso para los niños. Sin embargo, los espacios cerrados con muchos juguetes de estímulos excesivos como las pantallas, los juguetes «inteligentes» que tienen muchas luces, sonidos y movimientos, promueven un estilo de juego mucho más pasivo.
- 5. Toallitas reutilizables de tela. Dependiendo de las necesidades y lo que cada familia quiera, se pueden usar más como sustituto o como complemento para usar menos toallitas desechables húmedas que todos usamos. Los paños de lactancia o toallitas reutilizables son un producto que es útil desde que el bebé es un recién nacido hasta cuando los niños y niñas son más mayores. Se usan como paño para limpiar la babita, el cambio de pañal, para las regurgitaciones de leche y es útil también incluso para nosotros para llevar en el bolso, usar como toallita facial o como servilleta para cuando viajamos. Para cuando usamos toallitas desechables podemos usar aquellas sin perfumes ni otras sustancias basadas en agua, lo cual es mejor para el medio y sobre todo para la piel del bebé.