La Organización Mundial de la Salud recomienda que los bebés se alimenten exclusivamente de leche, así que la lactancia será la única fuente de nutrición durante los primeros seis meses, aunque algunos padres consideran que sus bebés están listos para empezar a comer sólidos un poco antes. Un bebé nunca debería empezar a comer sólidos antes de los cuatro meses. Su sistema digestivo no está preparado.
Recuerda que estos primeros sabores son sólo eso. El niño dependerá de la leche materna o de la fórmula para sus necesidades nutricionales primarias hasta el año de edad. Empezar a comer sólidos es cuestión de práctica y exploración, así que desde los 6 a los 12 meses de edad se trata de una fase de adaptación donde la alimentación con sólidos es, como su nombre indica, una alimentación complementaria.
Señales de que tu bebé puede estar preparado para empezar a comer sólidos
Puede mantener la cabeza erguida y en una posición estable
Ha perdido el reflejo de extrusión, que le hace empujar la comida fuera de la boca con la lengua
Puede mantenerse sentado bien cuando se le apoya
Ha duplicado el peso de nacimiento y está creciendo bien
Parece tener más hambre, incluso con unas diez tomas de leche al día
Muestra interés por la comida
¿Por dónde empezar a introducir sólidos?
Los primeros alimentos deben tener una consistencia blanda y pueden ser mejor recibidos si tienden a ser suaves o de sabor naturalmente dulce. Algunas buenas opciones son los boniatos, el aguacate, las peras, el puré de manzana cocida, los plátanos o la calabaza.
No te agobies si no come mucha cantidad. Recuerda que obtiene todo lo que necesita de la leche y que estos primeros acercamientos a la alimentación sólida necesita de su tiempo de adaptación. Es normal que experimente con los nuevos alimentos y sus texturas tocándolos con las manos, ensuciándose y jugando con la comida… Son todavía muy pequeños como para tener los modales que consideramos adecuados los adultos en nuestra cultura. ¡Así que no te preocupes por eso! Todavía queda tiempo de sobra para que aprenda más adelante a usar los cubiertos o a no mancharse. Durante estos primeros meses, es normal e incluso beneficioso que jueguen con la comida: es su manera de conocer mejor cada alimento y manipularán los alimentos con las manos, boca… ¡y por toda la cara!
Algo que además, ayudará mucho a que tu pequeño tenga interés y curiosidad por la comida, es que conozca nuevos alimentos y sabores y vea que come lo mismo que come el resto de su familia. Así que puedes aprovechar para preparar su comida cuando prepares la comida del resto de la familia, teniendo en cuenta, eso sí, no añadir sal a su ración y evitar otros alimentos que todavía no pueda tomar.
Infórmate bien sobre los alimentos que debes evitar al principio y en qué momento es adecuado introducir cada alimento potencialmente alérgeno. Evita la sal y el azúcar durante los primeros meses y, ¡a disfrutar!
¡Feliz alimentación, dulces bebés!
Fuentes:
Organización Mundial de la Salud, Recomendaciones sobre la lactancia materna