¿Qué es el BLW?
El BLW es uno de los diferentes métodos que existen para introducir la alimentación en los niños cuando estos comienzan a tomar alimentos más allá de la leche. BLW son las siglas del término inglés Baby Led Weaning que significa en español «método de alimentación según demanda» y el nombre se lo dio una enfermera y matrona británica llamada Gill Rapley de la que podéis encontrar libros especializados en el método.
¿Qué ventajas tiene el BLW?
1. Disfrute y aprendizaje para el bebé
Las ventajas del BLW son muchas: pero si tuviéramos que elegir solo una mencionaríamos el disfrute y el aprendizaje que supone para los bebés este tipo de acercamiento a los alimentos. A los bebés les encanta coger los alimentos, espachurrarlos, experimentar con ellos y notar por primera vez sus sabores y texturas de mil maneras. Despierta un gran interés hacia la comida, es muy saludable y es el comienzo ideal para sentar las bases de una relación sana con la comida.
2. Come lo mismo que cocinamos para nosotros
Otra ventaja importante es que no tenemos que cocinar específicamente para el bebé: cuando estemos haciendo nuestras comidas solo tendremos que contar también con la del bebé y haciendo ligeras variaciones. Por ejemplo, quitar la sal de su ración o separar de la nuestra antes de freír, por ejemplo. Siempre y cuando sean saludables, podemos ofrecer los mismos alimentos que comemos nosotros en casa una vez hayamos terminado con el bebé la primera fase de implantación de los alimentos y hayamos descartado las alergias.
La única «desventaja» del BLW… ¡limpiar después de la aventura!
Toda esta aventura del BLW tan gozosa para bebés también supone que para los padres es un método más incómodo en algunos aspectos, ¡porque ensucia bastante! Después de cada comida, toca recoger y limpiar bastante más que cuando ofrecemos únicamente papillas, aunque también este proceso se puede facilitar usando accesorios de mucha ayuda como los baberos con bolsillo o las vajillas que tienen ventosa y que evitan que los niños tiren los platos y cuencos con la comida.
Algunas recomendaciones para iniciarte en la alimentación con BLW
Para empezar este camino hace falta, sí, un poco de paciencia y sobre todo: información. Como en el resto de las etapas de la educación de nuestros hijos, nos encontramos con la necesidad de hacer algunas investigaciones para encontrar cómo tenemos que actuar en cada situación y el método del Baby Led Weaning es un claro ejemplo de esto. Si quieres experimentar si este tipo de alimentación complementaria está hecha para vosotros, te damos algunos tips:
1. No te preocupes si crees que no come «suficiente»
Como estamos hablando de un tipo de alimentación complementaria, no te preocupes si al principio come poco. La lactancia es la base de la nutrición de los niños hasta los 12 meses de edad, así que durante los primeros seis meses con BLW adquirirá todos los nutrientes que necesita de la leche y la comida será, solamente, una alimentación complementaria como su propio nombre indica. Desde que el bebé tenga 6 meses hasta el año, el BLW estará en su primera fase de experimentación y también nosotros como padres nos estaremos adaptando a ello.
2. Empezar con trozos grandes de fruta y verdura
Normalmente se aconseja ofrecer primero trozos grandes tipo: una fresa entera, una tercera parte de un plátano o un trozo de patata cocida o broccoli. La verdura siempre habrá que cocinarla sin sal. Se introducen uno a uno estos alimentos y cada dos o tres días se ofrece uno nuevo alimento: así podemos darnos cuenta si el bebé desarrolla alguna alergia o reacción adverso por cuál de ellos ha sido y podremos resolverlo mejor. Podéis encontrar mucha información también sobre cómo cortar cada fruta y verdura en concreto en otros artículos de expertos en BLW como pediatras o cocineros.
3. No, no hay más riesgo de atragantamiento que con la alimentación de triturados
Aunque parece que ofrecer alimentación a través del BLW puede ser más peligroso y nos exponemos a más probabilidad de un atragantamiento, esto no es así. Tanto con alimentos enteros como con las papillas o triturados y purés, existe el riesgo de atragantamiento. Esto es una realidad, coman como coman, así que la solución no es tenerle miedo sino formarnos e informarnos correctamente. La clave estará en saber bien cómo ofrecer los alimentos para prevenir esa situación y también conocer cómo debemos reaccionar en el caso de que el bebé tenga un atragantamiento grave que necesite asistencia. La mayoría de los atragantamientos son leves y tras toser un poco el bebé conseguirá desbloquear lo que le estaba molestando. Sin embargo, si se da un atragantamiento grave, siempre podremos estar formados para solventarlo con algún curso de primeros auxilios pediátricos o algún taller específico de alimentación complementaria que ofrezcan en nuestro entorno.